BUONE FESTE A TUTTI
Natale in casa Cupiello è una famosa commedia tragicomica scritta da Eduardo De Filippo nel 1931.
La commedia forse più nota di Eduardo, portata in scena per la prima volta al Teatro Kursaal di Napoli,
il 25 dicembre 1931, segna di fatto l'avvio vero e proprio della felice
esperienza della Compagnia del "Teatro Umoristico I De Filippo",
composta dai tre fratelli e da attori già famosi o giovani alle prime
armi che lo diventeranno (Agostino Salvietti, Pietro Carloni, Tina Pica, Dolores Palumbo,
Luigi De Martino, Alfredo Crispo, Gennaro Pisano). A giugno Eduardo
aveva firmato un contratto con l'impresario teatrale che lo impegnava
per soli nove giorni di recite per presentare il suo nuovo atto unico
subito dopo la proiezione di un film. Il successo della commedia fu tale
che la durata del contratto fu prolungata sino al 21 maggio 1932.
Originariamente si trattava di una commedia ad atto unico (quello che,
nella versione definitiva, costituisce oggi il secondo atto), ampliato
successivamente in due distinte fasi: la prima, nel 1932, vide aggiungersi l'attuale primo atto e la conclusiva, nel 1934 (secondo anche quanto dichiarato da Eduardo sul numero 240 della rivista Il Dramma uscito nel 1936) o nel 1937 o addirittura nel 1943 (secondo un'ipotesi più probabile ed avallata più tardi dallo stesso autore),
che configurò l'opera nella sua versione attuale, composta da tre atti.
La complessa genesi della commedia portò Eduardo stesso ad affermare
che essa era nata come un "parto trigemino con una gravidanza di quattro
anni".
VERSIONE RESTAURATA
"Attraverso la solitudine possiamo capire meglio noi stessi, e scoprire negli altri l'amico e il nemico"
venerdì 26 dicembre 2014
R.I.P. Joe
Joe Cocker è morto all'età di settant'anni, il 21 dicembre, era malato da tempo di
carcinoma polmonare. Una vita sul palco, scandita dalle mani che solo
lui ha mosso così, con le dita aperte, a segnare il tempo, i gomiti
stretti al fianco, il mento proteso verso l'alto. Si è spento nel suo
ranch a Crawford, in Colorado. A dare l'annuncio è stato il sito
internet della Bbc avvertito dal suo agente, Barrie Marshall, al suo
fianco da trent'anni: "Era semplicemente unico, sarà impossibile
riempire il vuoto che lascia nei nostri cuori".Cocker era nato a Sheffield, in Inghilterra, come John Robert Cocker il
20 maggio 1944 e lì aveva cominciato la sua carriera mentre imparava il
mestiere di idraulico. Presto, come accadeva più frequentemente allora,
iniziò a 15 anni con il nome di Vance Arnold, divenne un membro degli
Avengers poi dei Big Blues nel 1963 e infine della Grease Band, tre anni
dopo nel 1966. Cocker amava il blues e il soul ma quelli erano anni
d'oro nel Regno Unito. La musica esplodeva con suoni nuovi, i Beatles
erano ovunque e cambiavano la percezione dei suoni. Il primo singolo con
cui si fece notare fu proprio una cover dei Fab Four, 'I'll Cry
Instead', dall'album 'A Hard Day's Night'. Ma fu la sua apparzione a
Woodstock a consacrarlo. Joe Cocker uscì all'inizio, cantò il terzo
pezzo del concerto cominciato alle 17.07 di venerdì15 agosto 1969. Uscì
davanti alla folla di ragazzi e cantò 'With a Little Help from My
Friends'
Joe Cocker – Greatest Hits 1969-2004 (Mp3)
Joe Cocker – Greatest Hits 1969-2004 (Mp3)
martedì 23 dicembre 2014
Marca Celebra Il Napoli
Ganó la Supercopa a la Juve en la tanda de penaltis
El SuperNápoles de las siete vidas
El
Nápoles resucitó una y mil veces en Doha para levantar la Supercoppa de
Italia y derrotar a la Juve en una eterna tanda de penaltis. Los de
Benítez remontaron hasta en dos ocasiones en un duelo de goleadores
espectacular entre Tévez e Higuaín, autores ambos de sendos 'dobletes'.
Ya en la lotería de los once metros, el Nápoles sobrevivió a la exhibición de Buffon para alzar el título.
Una vez tras otra, la fe del equipo de Benítez recuperó a un equipo vencido. En dos ocasiones durante el tiempo reglamentario. Otras tres en una tanda de penaltis en la que Buffon detuvo la pena máxima a Jorginho, Mertens y Callejón. De nada sirvió para frenar a un Nápoles inmortal. Justo sufridor, merecido vencedor en una final para el recuerdo.
El Nápoles dejó ver desde el primer momento que quería el título, dispuesto a discutir el favoritismo de una Juve superada por el agresivo arranque napolitano. Un comienzo contrarrestado rápidamente por el gol de Tévez. O más bien por el regalo de la defensa del Nápoles. Albiol y Koulibaly chocaron en un balón dividido al que partían con ventaja y el 'Apache' se encontró con un balón franco para superar a Rafael en la salida.
Le costó a los de Benítez sobreponerse a tan duro golpe pero lo hicieron a través de Hamsik. El eslovaco fue el mejor de los napolitanos en los 90 minutos. Y un disparo suyo, repelido por el palo, fue el primer aviso serio de un rival que siempre creyó en la remontada. Y si los de Benítez se apoyaron en Hamsik para encontrar esperanzas, una apática Juve se aferró en exceso a las combinaciones entre Llorente y Tévez con balones en largo sobre el espigado delantero español.
El Nápoles crecía con el paso de los minutos y su dominio se acentuó tras el descanso. La Juve especuló con el resultado y lo terminó pagando. No sería porque no avisó el Nápoles, errático en la definición. Callejón primero, con un mano a mano, e Higuaín después con una vaselina que se topó con el palo, adelantaron lo que sucedería poco después.
Como si fuera una señal, Allegri decidió quitar a Pirlo y dar entrada a Pereyra, y el Nápoles empató en la siguiente jugada. Una buena internada de De Guzmán acabó con el certero cabezazo de Higuaín superando a Buffon. El gol del 'Pipita' fue lo único que despertó a los de Allegri de su letargo. Apenas le bastaron quince minutos de lucidez para disponer de varias ocasiones claras para evitar la prórroga, pero ni Tévez ni Llorente consiguieron finalizar con acierto. Ambos parecían prepararse para los penaltis pero el partido estaba roto.
La locura de los penaltis
Demasiados kilómetros en las piernas y un año intenso que terminaba demasiado lejos de casa. De ahí que la prórroga fuera una oda al fútbol ofensivo donde ambos intercambiaron golpes sin miramientos. El más letal, era previsible, lo soltó Tévez tras una gran maniobra de Pogba.
No bajó los brazos el Nápoles y tampoco Buffon, salvador con dos intervenciones prodigiosas en los últimos instantes. También le echó un salvavidas el colegiado Valeri al obviar un claro penalti de Chiellini sobre Higuaín en el último suspiro. Pero aún quedaba otra más, aún la fe del Nápoles encontraría recompensa. En un balón dividido dentro del área, Higuaín confirmaba su condición de goleador y mandaba el partido a los penaltis.
Allí las estiradas de Buffon, hasta tres de gran resultado, se mezclaron con el perdón de los jugadores de la Juve y la inquebrantable voluntad de un Nápoles que quiso más el título que su rival. Su fe pudo con el poder de la 'Vecchia Signora' en Doha. Una manera inmejorable de cerrar el año para los de Benítez.
Una vez tras otra, la fe del equipo de Benítez recuperó a un equipo vencido. En dos ocasiones durante el tiempo reglamentario. Otras tres en una tanda de penaltis en la que Buffon detuvo la pena máxima a Jorginho, Mertens y Callejón. De nada sirvió para frenar a un Nápoles inmortal. Justo sufridor, merecido vencedor en una final para el recuerdo.
El Nápoles dejó ver desde el primer momento que quería el título, dispuesto a discutir el favoritismo de una Juve superada por el agresivo arranque napolitano. Un comienzo contrarrestado rápidamente por el gol de Tévez. O más bien por el regalo de la defensa del Nápoles. Albiol y Koulibaly chocaron en un balón dividido al que partían con ventaja y el 'Apache' se encontró con un balón franco para superar a Rafael en la salida.
Le costó a los de Benítez sobreponerse a tan duro golpe pero lo hicieron a través de Hamsik. El eslovaco fue el mejor de los napolitanos en los 90 minutos. Y un disparo suyo, repelido por el palo, fue el primer aviso serio de un rival que siempre creyó en la remontada. Y si los de Benítez se apoyaron en Hamsik para encontrar esperanzas, una apática Juve se aferró en exceso a las combinaciones entre Llorente y Tévez con balones en largo sobre el espigado delantero español.
El Nápoles crecía con el paso de los minutos y su dominio se acentuó tras el descanso. La Juve especuló con el resultado y lo terminó pagando. No sería porque no avisó el Nápoles, errático en la definición. Callejón primero, con un mano a mano, e Higuaín después con una vaselina que se topó con el palo, adelantaron lo que sucedería poco después.
Como si fuera una señal, Allegri decidió quitar a Pirlo y dar entrada a Pereyra, y el Nápoles empató en la siguiente jugada. Una buena internada de De Guzmán acabó con el certero cabezazo de Higuaín superando a Buffon. El gol del 'Pipita' fue lo único que despertó a los de Allegri de su letargo. Apenas le bastaron quince minutos de lucidez para disponer de varias ocasiones claras para evitar la prórroga, pero ni Tévez ni Llorente consiguieron finalizar con acierto. Ambos parecían prepararse para los penaltis pero el partido estaba roto.
La locura de los penaltis
Demasiados kilómetros en las piernas y un año intenso que terminaba demasiado lejos de casa. De ahí que la prórroga fuera una oda al fútbol ofensivo donde ambos intercambiaron golpes sin miramientos. El más letal, era previsible, lo soltó Tévez tras una gran maniobra de Pogba.
No bajó los brazos el Nápoles y tampoco Buffon, salvador con dos intervenciones prodigiosas en los últimos instantes. También le echó un salvavidas el colegiado Valeri al obviar un claro penalti de Chiellini sobre Higuaín en el último suspiro. Pero aún quedaba otra más, aún la fe del Nápoles encontraría recompensa. En un balón dividido dentro del área, Higuaín confirmaba su condición de goleador y mandaba el partido a los penaltis.
Allí las estiradas de Buffon, hasta tres de gran resultado, se mezclaron con el perdón de los jugadores de la Juve y la inquebrantable voluntad de un Nápoles que quiso más el título que su rival. Su fe pudo con el poder de la 'Vecchia Signora' en Doha. Una manera inmejorable de cerrar el año para los de Benítez.
El
Nápoles resucitó una y mil veces en Doha para levantar la Supercoppa de
Italia y derrotar a la Juve en una eterna tanda de penaltis. Los de
Benítez remontaron hasta en dos ocasiones en un duelo de goleadores
espectacular entre Tévez e Higuaín, autores ambos de sendos 'dobletes'.
Ya en la lotería de los once metros, el Nápoles sobrevivió a la exhibición de Buffon para alzar el título.
Una vez tras otra, la fe del equipo de Benítez recuperó a un equipo vencido. En dos ocasiones durante el tiempo reglamentario. Otras tres en una tanda de penaltis en la que Buffon detuvo la pena máxima a Jorginho, Mertens y Callejón. De nada sirvió para frenar a un Nápoles inmortal. Justo sufridor, merecido vencedor en una final para el recuerdo.
El Nápoles dejó ver desde el primer momento que quería el título, dispuesto a discutir el favoritismo de una Juve superada por el agresivo arranque napolitano. Un comienzo contrarrestado rápidamente por el gol de Tévez. O más bien por el regalo de la defensa del Nápoles. Albiol y Koulibaly chocaron en un balón dividido al que partían con ventaja y el 'Apache' se encontró con un balón franco para superar a Rafael en la salida.
Le costó a los de Benítez sobreponerse a tan duro golpe pero lo hicieron a través de Hamsik. El eslovaco fue el mejor de los napolitanos en los 90 minutos. Y un disparo suyo, repelido por el palo, fue el primer aviso serio de un rival que siempre creyó en la remontada. Y si los de Benítez se apoyaron en Hamsik para encontrar esperanzas, una apática Juve se aferró en exceso a las combinaciones entre Llorente y Tévez con balones en largo sobre el espigado delantero español.
El Nápoles crecía con el paso de los minutos y su dominio se acentuó tras el descanso. La Juve especuló con el resultado y lo terminó pagando. No sería porque no avisó el Nápoles, errático en la definición. Callejón primero, con un mano a mano, e Higuaín después con una vaselina que se topó con el palo, adelantaron lo que sucedería poco después.
Como si fuera una señal, Allegri decidió quitar a Pirlo y dar entrada a Pereyra, y el Nápoles empató en la siguiente jugada. Una buena internada de De Guzmán acabó con el certero cabezazo de Higuaín superando a Buffon. El gol del 'Pipita' fue lo único que despertó a los de Allegri de su letargo. Apenas le bastaron quince minutos de lucidez para disponer de varias ocasiones claras para evitar la prórroga, pero ni Tévez ni Llorente consiguieron finalizar con acierto. Ambos parecían prepararse para los penaltis pero el partido estaba roto.
La locura de los penaltis
Demasiados kilómetros en las piernas y un año intenso que terminaba demasiado lejos de casa. De ahí que la prórroga fuera una oda al fútbol ofensivo donde ambos intercambiaron golpes sin miramientos. El más letal, era previsible, lo soltó Tévez tras una gran maniobra de Pogba.
No bajó los brazos el Nápoles y tampoco Buffon, salvador con dos intervenciones prodigiosas en los últimos instantes. También le echó un salvavidas el colegiado Valeri al obviar un claro penalti de Chiellini sobre Higuaín en el último suspiro. Pero aún quedaba otra más, aún la fe del Nápoles encontraría recompensa. En un balón dividido dentro del área, Higuaín confirmaba su condición de goleador y mandaba el partido a los penaltis.
Allí las estiradas de Buffon, hasta tres de gran resultado, se mezclaron con el perdón de los jugadores de la Juve y la inquebrantable voluntad de un Nápoles que quiso más el título que su rival. Su fe pudo con el poder de la 'Vecchia Signora' en Doha. Una manera inmejorable de cerrar el año para los de Benítez.
Una vez tras otra, la fe del equipo de Benítez recuperó a un equipo vencido. En dos ocasiones durante el tiempo reglamentario. Otras tres en una tanda de penaltis en la que Buffon detuvo la pena máxima a Jorginho, Mertens y Callejón. De nada sirvió para frenar a un Nápoles inmortal. Justo sufridor, merecido vencedor en una final para el recuerdo.
El Nápoles dejó ver desde el primer momento que quería el título, dispuesto a discutir el favoritismo de una Juve superada por el agresivo arranque napolitano. Un comienzo contrarrestado rápidamente por el gol de Tévez. O más bien por el regalo de la defensa del Nápoles. Albiol y Koulibaly chocaron en un balón dividido al que partían con ventaja y el 'Apache' se encontró con un balón franco para superar a Rafael en la salida.
Le costó a los de Benítez sobreponerse a tan duro golpe pero lo hicieron a través de Hamsik. El eslovaco fue el mejor de los napolitanos en los 90 minutos. Y un disparo suyo, repelido por el palo, fue el primer aviso serio de un rival que siempre creyó en la remontada. Y si los de Benítez se apoyaron en Hamsik para encontrar esperanzas, una apática Juve se aferró en exceso a las combinaciones entre Llorente y Tévez con balones en largo sobre el espigado delantero español.
El Nápoles crecía con el paso de los minutos y su dominio se acentuó tras el descanso. La Juve especuló con el resultado y lo terminó pagando. No sería porque no avisó el Nápoles, errático en la definición. Callejón primero, con un mano a mano, e Higuaín después con una vaselina que se topó con el palo, adelantaron lo que sucedería poco después.
Como si fuera una señal, Allegri decidió quitar a Pirlo y dar entrada a Pereyra, y el Nápoles empató en la siguiente jugada. Una buena internada de De Guzmán acabó con el certero cabezazo de Higuaín superando a Buffon. El gol del 'Pipita' fue lo único que despertó a los de Allegri de su letargo. Apenas le bastaron quince minutos de lucidez para disponer de varias ocasiones claras para evitar la prórroga, pero ni Tévez ni Llorente consiguieron finalizar con acierto. Ambos parecían prepararse para los penaltis pero el partido estaba roto.
La locura de los penaltis
Demasiados kilómetros en las piernas y un año intenso que terminaba demasiado lejos de casa. De ahí que la prórroga fuera una oda al fútbol ofensivo donde ambos intercambiaron golpes sin miramientos. El más letal, era previsible, lo soltó Tévez tras una gran maniobra de Pogba.
No bajó los brazos el Nápoles y tampoco Buffon, salvador con dos intervenciones prodigiosas en los últimos instantes. También le echó un salvavidas el colegiado Valeri al obviar un claro penalti de Chiellini sobre Higuaín en el último suspiro. Pero aún quedaba otra más, aún la fe del Nápoles encontraría recompensa. En un balón dividido dentro del área, Higuaín confirmaba su condición de goleador y mandaba el partido a los penaltis.
Allí las estiradas de Buffon, hasta tres de gran resultado, se mezclaron con el perdón de los jugadores de la Juve y la inquebrantable voluntad de un Nápoles que quiso más el título que su rival. Su fe pudo con el poder de la 'Vecchia Signora' en Doha. Una manera inmejorable de cerrar el año para los de Benítez.
Supercoppa al Napoli, Capodanno anticipato
NAPOLI, 22 DIC - Una città deserta e infreddolita si è trasformata in un attimo in una folla festante e calda di passione. Alla parata di Rafael, che ha suggellato il trionfo nella Supercoppa nella lontana Doha, in Qatar, è esplosa la festa di Napoli a partire dai balconi, dai quali sono partiti i botti di Capodanno: i tifosi non hanno esitato a tirare fuori i fuochi d'artificio già acquistati per festeggiare tra 10 giorni il 2015 e li hanno accesi, inneggiando a Higuain e Rafael, i due eroi della serata azzurra. E in anticipo sono state stappate anche le bottiglie di spumante comprate per il cenone. Festa grande in tutti i quartieri, ma soprattutto nel centro storico, da piazza Miraglia a piazza Bellini, fino a piazza del Gesù e a piazza Trieste e Trento, luogo tradizionale delle feste azzurre. In tutta Napoli, la folla che oggi aveva invaso la città per le compere natalizie, alle 18,30, ha improvvisamente affollato bar, pizzerie, ristoranti e pub, per seguire la partita, mischiandosi alle migliaia di turisti che in questi giorni affollano Napoli, facendo registrare
un alto tasso di occupazione di alberghi e bed & breakfast, e che
si sono lasciati prendere dall'entusiasmo dei napoletani, diventando
tifosi azzurri per una sera. Alla fine della lunghissima serie di
rigori, in tanti sono scesi in strada, con le sciarpe azzurre al collo e
sventolando bandiere nelle strade della città illuminate dalle
decorazioni natalizie. Ma la partita è stata seguita un po' dovunque,
anche nei negozi di alimentari che in questi giorni restano
tradizionalmente aperti fino a tarda sera per favorire lo shopping della
tavola natalizia. Dopo una lunga attesa, il successo in Supercoppa ha
quindi risvegliato l'entusiasmo in città e adesso tutti già pregustano
la festa nello stadio San Paolo: dopo gli spalti semivuoti delle ultime
settimane, si preannuncia il tutto esaurito per il ritorno in campo
degli azzurri, a Fuorigrotta, per celebrare, l'11 gennaio proprio contro
la Juventus, il successo conquistato a Doha. (ANSA).
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